El parto puede significar para algunas personas una ocasión de ansiedad, dolor físico, miedos… Todo ello puede suceder o no, ya sabemos que hay muchas formas diferentes de vivir esos momentos.
La hipnosis es una herramienta muy idónea para facilitarnos ayuda en el proceso del parto. Si nos apoyamos en la hipnosis y sus efectos de relajación, estamos preparando la mente y el cuerpo para pasar por ese proceso de una forma más tranquila y controlada.
La serenidad y capacidad de control de la madre afecta de modo favorable tanto al bebé que nace como al propio proceso del parto, pues los músculos pueden hacer su función sin tensiones añadidas.
Las posibilidades que aporta la hipnosis para modular el dolor son especialmente valiosas en estos momentos, sobre todo para mujeres que quieren participar en el proceso sin tener que pasar por una anestesia general. Va a poder controlar en parte o completamente la necesidad de anestesia en el parto.
También se facilita la expulsión del bebé y ayuda a que haya una recuperación más rápida y fácil.
Para todo ello es conveniente que haya un entrenamiento previo en el aprendizaje de la autohipnosis y en las diferentes facetas que necesita el proceso.
De nuevo, la hipnosis nos aporta control de nuestros actos y facilita que usemos nuestras capacidades.