Tengamos en cuenta que toda hipnosis es auto-hipnosis. Y lo importante que es que aprendamos esta técnica para poder usarla en cualquier situación de la vida en la que consideremos oportuna su aplicación.
Cuando una persona adecuadamente cualificada nos explica qué es la hipnosis y nos enseña como aprender a usarla, estamos adquiriendo una herramienta que podemos usar en momentos muy variados: ante sensaciones de ansiedad, momentos o situaciones de dolor físico (visita al dentista, procedimientos médicos, golpes, etc.), enfrentarnos a momentos difíciles (exámenes, entrevistas de trabajo, actos sociales, etc.)…
Para poder usar la autohipnosis simplemente tenemos que aprender a darnos las instrucciones y sugestiones adecuadas a la situación y a nuestras propias características, comprobando las que mejor nos funcionan. Igual que no hay ninguna fórmula que sirva para todo tampoco a todas las personas le sirven las mismas sugestiones.
Por ejemplo, si una persona usa instrucciones de relajación inicial, a algunas les va mejor usar imágenes, a otras ciertas palabras o sensaciones; incluso a otras personas les conviene más la hipnosis despierta o activo-alerta que la alcanzada mediante relajación. Y ello también depende del tiempo disponible, del lugar, de la situación, etc.
Igualmente, para abordar las diferentes situaciones, hay personas que necesitan ir más despacio, otras prefieren métodos más directos…
Por eso es importante que nos enseñen a encontrar nuestras mejores formas de entrar en contacto con nuestras necesidades personales, desarrollar nuestras propias capacidades y ponerlas a nuestra disposición a partir de ese momento. Porque es muy importante darnos cuenta de que somos capaces de tomar las riendas de nuestra persona, de que tenemos recursos suficientes para afrontar los retos que nos presenta la vida.